CARTA A MI QUERIDA FANNY
Querida
hermana, en el alma hay una gran tristeza, que lacera en lo profundo, que se
cala hasta los huesos, por tu partida sin retorno. Te marchaste para siempre,
aunque vives en nuestros corazones, tu ausencia duele muy adentro, ya nunca más
será lo mismo, pues nada llena tu vacío. La impotencia de perder a un ser que
se ama, que la vida te lo quita, y te deja vacía el alma. Se siente que no fue
justo, no tuviste otra oportunidad, sólo Dios sabe por qué, y en su presencia
has de estar, ese es nuestro único consuelo. Fanny, tu alma siempre sencilla
fue, aunque afanosa en tu deber pero alegre en tu vivir, te entregaste sin
miramientos, al servicio a los demás, desde lo mas profundo de mi ser espero
que el Gran Dios su bendición te otorgue dondequiera que te encuentres. De
nosotros fuiste la primera, y de primera te marchaste, ahora tu tarea como
espíritu celeste, es prepararnos el camino para nuestro encuentro con el Señor.
Mi amada hermana Fanny, muy convencido estoy que en el cielo suenan campanas
anunciando tu llegada, es la gloria que te espera, en presencia de quien salva.
En la tierra hay tristeza, por tu inesperada partida, pero siempre hay
recompensa, esa es la salvación de tu alma. Decir que se te extraña, es una
verdad muy cierta, sin embargo reconforta, que en ti se cumpla la promesa. De
ti siempre habrá quien recuerde, tu transparente sencillez y que tu alegría
perdura, aunque entre nosotros hoy no estés. Hermana querida, quien se marcha
nunca muere, ese tu caso es, pues en nuestros corazones, con vida hoy y por
siempre permaneces. Te imagino en un jardín, donde emanan mil aromas, pero el
más singular de todos, es el que emana de tu alma. Envuelta de luz divina, en el cielo has de estar, pues la
presencia del Dios, es tu máxima dádiva. Gran fortaleza mostraste, al callar tu
gran dolor, enseñando a quien se queje, para no cumplir su labor. La gloria fue
siempre tu esperanza, y gloria te ganaste, pues en siempre con fe creíste, aun
inmersa en el dolor. Ahora y en adelante, en el cielo nocturnal, veremos que ha
nacido un lucero, que iluminará nuestro andar. Fanny, fiel
a tus convicciones, luchaste hasta alcanzar, las metas que te fijaste, para
lograrte superar. Amaste siempre a los tuyos, sin pretender nada más, diste
cuanto pudiste, sin pensar en que me dan. Nadie podrá reemplazarte, en nuestro
corazón estarás, ayer, hoy, mañana y siempre, tu ausencia solo un hasta luego
será. Nostalgia no te lo niego, de tu ausencia material, pero en nuestros
recuerdos sumas, todo el amor que Dios te da. Y ahora hay que seguir adelante
pensando que a nuestro lado estás, enjugando nuestros ojos, para las lágrimas secar.
Pese a mi gran fortaleza, el dolor de la partida mi corazón oprime, nunca pensé
que este día llegaría, más hoy es una realidad, perder a alguien que se ama,
duele como nada más. Nunca demostraste lo que te aquejaba en realidad, no
supiste reconocer, que mejor era mostrar la verdad y buscar el apoyo de tu
familia. Trataste de ocultar una realidad para preocupación no causar, quisiste
aparentar algo, algo que era irreal, vivir, solo por vivir eso no debe ser así.
Por esa postura tuya, te venció la enfermedad. Ahora lo que vemos es dolor por
tu partida al más allá, la vida puede que tratemos de burlar burlar, pero ella
se encarga de otra cosa demostrar, pues, al final siempre muestra la verdad,
aunque sea dura de aceptar. En el corazón de quienes te aman, un día los sueños
dejaron de volar, lo que frente a nos tenemos, aun sin querer debemos aguantar.
Fueron distintos los rumbos pero el destino que cambia, el tiempo nunca es
nuestro aliado, se lleva todo lo que encuentra a su paso. Ahora no se puede
volver atrás, se han quedado en el limbo los sueños, que una ves fueron parte
de tu ser, ya nada nunca será igual. Nadie tu ausencia llenará, apostaría toda
mi vida, por dar todo marcha atrás, por ti quisiera por mucho tiempo llorar.
Fanny después de todo jamás imaginé cuanto esto dolería, es un error pensar que
la distancia, el dolor puede apaciguar. En una lágrima va tu nombre, y
en el alma la tristeza acecha, partida no es una simple palabra, si se pierde a
quien se ama. Las golondrinas revolotean en el mar, así tu alma en el cielo
revoloteará, El aroma de la vida Se
siente en la eternidad. Mi alivio es pensar que bien estás, mientras
resignación me susurran al oído quienes a mi lado están, solo pido al Dios
grande que me de consuelo y paz.
Tu hermano
Joel Paz
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