Quién
no cuida lo que tiene…
El pueblo de Venezuela pide a gritos desde
hace muchos años que se combata la creciente y desbordada corrupción que solo
ha generado problema tras problema a nivel nacional. El desabastecimiento, contrabando, crisis económica
extremadamente profunda, sin dejar de lado la situación fronteriza donde se
maneja un problema de carácter moral, con la terrible corrupción de la cual el
principal protagonista es la guardia nacional. Desde el ambiente público hasta
el privado se ha dado por desaparecido la equidad, la solidaridad, la
honestidad, la confianza, la confianza y más grave aún la justicia.
El venezolano común vive y convive con la
corrupción como algo ordinariamente propio de nuestro quehacer, dando una
legitimidad como algo que no queda más remedio que tolerar, pues nos la
encontramos hasta en los mercados. En consecuencia somos tanto victimas del
sistema corrompido como de sus ejecutores. Lo sufrimos y lo divulgamos. En el
caso venezolano, la corrupción es un fenómeno prácticamente legitimado por la
propia cultura.
En otro orden de ideas, en este país hay,
en cuanto a la impunidad, existe un abandono
de responsabilidad social y un marcado irrespeto a la vida humana y los valores
sociales, la ética y la moral institucional están ausentes, aunque nuestros
políticos predican una ética que no se ve en la práctica, generando una
dualidad ética, que sólo se la creen ellos, los corruptos y todos aquellos que
aun mantienen un velo en su cara que no les deja ver más allá de sus narices. Todo
se mueve a su antojo y conveniencia. (Comenta)
Joel Paz
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