Tú,
madre que como madre única,
Como
el aire que tus hijos respiran,
Entretejes
nuestros caminos con el tuyo,
Tierna
y dulce nuestras frentes besas,
Cuan
alto vuelan las aves,
Más alto
vuela tu amor de madre.
Tú,
madre eres la roca fuerte,
Sobre
la que tus hijos sus destinos forjan,
Abeja
que laboriosa nuestro sustento labras,
Nunca
una queja de tus labios brotó,
De aquí
o de allá tu amor bravío,
En tropel te lazabas para defender sus vidas.
Tu,
madre tu corazón como panal de miel
tus
labios cuna de buen consejo siempre fueron,
tus
ojos como lámparas que por tus hijos velaban,
siempre
orando al Señor por su bienestar,
victoriosa
oda canta tu amor, amor de vida,
cual
rosas frescas y ardiente fuego tu alma en gloria está.
Tú,
madre nunca desfalleciste en tu lucha,
Puerto
en el que desembarcar seguro,
Llenabas de alegría en el agobio nuestras vidas,
Tu misión
como pastora de tu rebaño,
Gran
maestra y excelente conductora,
Regazo
de ensueño, jardín florido.
Tú madre,
siempre sigilosa y presta,
Cuando
en tu lecho viste acercarse tu hora,
Una oración
al cielo por tus hijos elevaste,
Para
que en esta tierra el desamparo no los agobiase,
Rompiste
así las cadenas por el dolor de tu partida,
La belleza y luz de tu alma te ha ganado el cielo.
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